MUJERES Y ARQUITECTURA

La documentación e información generada en los sitios arqueológicos investigados se ha completado con la aplicación de la perspectiva de género a la hora de interpretar esas edificaciones y su relación con el entorno, con el convencimiento de que la arquitectura y el espacio son una fuente de cultura material para las construcciones de género puesto que atañen a la definición de las experiencias de dónde estamos y quiénes somos. La planificación del espacio afecta a la manera de moverse y actuar de las personas que lo habitan o utilizan y, por lo tanto, tiene un significado social y cultural tanto en la creación de identidades individuales como grupales, es decir, el espacio no es neutral y constituye un testimonio de quién y cómo lo ocupa, además de estar relacionado con el poder económico, cultural y social. Asimismo, la aplicación de esta perspectiva a otras expresiones de la cultura visual (pintura, escultura, arte mueble) permite cuestionar antiguos paradigmas generalizadores en su interpretación y tener en cuenta otras cuestiones más profundas relacionadas con el género, la edad, el estatus social o el papel de los agentes sociales en la construcción de su propia cultura.

Gracias a ello ha sido posible plantear una novedosa lectura de los edificios mayas, desechando tradicionales estereotipos según los cuales los espacios monumentales y públicos están asociados al poder y a ámbitos masculinos, mientras que los ámbitos femeninos quedan relegados exclusivamente a los espacios privados y domésticos.

Y con el propósito de difundir al público en general los resultados de esta investigación, hemos creado una serie de recreaciones históricas en un trabajo conjunto con la artista Érika Meijide Jansen, con el fin de repensar el espacio y la arquitectura maya desde una nueva mirada en la que se ha tenido en cuenta no solo la participación masculina sino también la femenina, desechando los patrones generalizadores como única estrategia de investigación.